Fuente: Cinco Días
URL: www.cincodias.com
28/12/2009
Por: Enrique Bonsón
Desde su utilización generalizada a partir de la segunda mitad de los noventa, internet ha constituido un medio ideal para la difusión masiva de información corporativa. Ya en 2002, la Asociación Española de Contabilidad y Administración de Empresas (AECA) publicaba su Código de Buenas Prácticas para la Divulgación de Información Financiera en Internet en un primer intento de establecer pautas de comportamiento apropiadas en lo que hasta la fecha constituía una práctica voluntaria de algunas empresas. Posteriormente, la Ley 26/2003 introdujo importantes medidas de fomento de la transparencia, como el informe de Gobierno Corporativo y la obligatoriedad de disponer de una página web corporativa con un contenido informativo mínimo. Por último, la Circular 1/2004 de la Comisión Nacional del Mercado de Valores estableció los modelos para dicho informe, y los aspectos legales y técnicos del contenido mínimo de la web corporativa. Desde entonces todas las empresas españolas cotizadas publican su información corporativa en su sitio web y AECA, con su premio a la Empresa Española con Mejor Información Financiera en Internet, que en 2009 alcanzó su octava edición, reconoce anualmente el esfuerzo desarrollado en este sentido.
Después de ocho años de fomento de buenas prácticas y seis de regulación de la información corporativa digital, la pregunta que nos formulamos es la siguiente: ¿podría la tecnología, en su estado actual, ayudarnos a alcanzar mayores niveles de transparencia corporativa?
Para dar respuesta a esta pregunta tenemos que adentrarnos en la web social o web 2.0, término acuñado por Tim O'Reilly, que se refiere a una segunda generación web basada en comunidades de usuarios, cuyo uso está orientado a la interacción, la colaboración y el intercambio de información entre sus miembros, es decir, hacia una web plenamente participativa. Esta participación se refiere no sólo a los seres humanos sino también a las aplicaciones de software que son capaces de comunicarse entre sí mediante las denominadas API (Application Programming Interfaces). La participación se organiza en torno al denominado software social o social media entre cuyas aplicaciones más conocidas se encuentran las siguientes: blogs, comunidades online, lectores de noticias (Netvibes, Google Reader), marcadores sociales (Delicious, Digg), microblogging (Twitter), redes sociales (Facebook, LinkedIn, MySpace) o sitios para compartir documentos (Docstoc, Slideshare), fotos (Flickr) o vídeos (Youtube). Con estos servicios, los usuarios pueden publicar, compartir y comentar textos, imágenes, vídeos, documentos, etc., de manera instantánea y sin conocimientos técnicos. Adicionalmente, la web 2.0 ofrece una serie de innovaciones tecnológicas que permiten compartir información entre aplicaciones y la incrustación (Embedding), redistribución (Share this) o sindicación (Atom, RSS) de contenidos.
Todas estas herramientas de la web 2.0 van a generar nuevos canales de comunicación corporativa que, al estar abiertos a la participación de los diversos grupos de interés, dejarían de ser unidireccionales y contribuirían a alcanzar mayores niveles de transparencia informativa. En estos canales, los ejecutivos de la compañía podrían dar su opinión sobre los temas que considerasen relevantes, en consonancia con sus líneas estratégicas, tales como la sostenibilidad medioambiental, la responsabilidad social, la transparencia en el gobierno corporativo, la innovación, etc., y los usuarios de los mismos podrían hacer sus apreciaciones y expresar sus comentarios sobre los temas abiertos. Además, los departamentos de Comunicación de las empresas deberían tener en cuenta la posibilidad de que sus stakeholders puedan estar conversando colectivamente en la red no sólo sobre sus productos y servicios sino también acerca de la credibilidad de sus políticas de acción social o medioambientales publicadas en sus informes de Responsabilidad Social Corporativa, por lo que a sus funciones habituales deberían añadir las de identificar los foros (blogs, redes, grupos de discusión) en los que se discuta sobre la empresa y participar en tales discusiones o aportar información adicional. Por último, la habilitación de funcionalidades de incrustación, redistribución y sindicación de contenidos en la página web corporativa también contribuiría a una mayor y más inmediata expansión de la información a través de las distintas redes a las que pertenezcan los usuarios al simplificarles absolutamente la tarea.
Enrique Bonsón. Presidente de la Comisión de Nuevas Tecnologías y Contabilidad de AECA y Catedrático de la Universidad de Huelva
No hay comentarios:
Publicar un comentario