Fuente: Ticpymes
URL: http://www.ticpymes.es
16-12-2009
Alberto Sotomayor y Eneko Arregui, consultores de Ibermática, analizan el fenómeno de la web social o web 2.0 y la revolución que ha supuesto en los hábitos de uso de Internet.Los usuarios han pasado de ser meros consumidores de contenidos a sujetos activos de generación de opinión, de publicación de contenidos y de amplificación de noticias.
Al mismo tiempo, han comenzado a relacionarse y comunicarse entre sí creando redes personales, profesionales, o grupos de interés en torno a una temática concreta.
Sin embargo, el éxito del fenómeno 2.0 no parece tener un reflejo directo en el ámbito interno de las empresas. Y eso que muchas consideran ya como primordial la participación de sus profesionales en los asuntos de la organización para que sea más competitivas. Para ello, muchas organizaciones se encuentran inmersas en proyectos de gestión del conocimiento con los que buscan, por una parte, recoger, divulgar y facilitar el acceso al conocimiento explícito de la empresa (que ya se encuentra en documentos digitales principalmente) y, por otra, facilitar el intercambio de conocimiento tácito (basado en la experiencia profesional y personal) entre sus profesionales.
Es esencialmente en el terreno del conocimiento tácito donde lo 2.0 podría tener un mayor impacto en la empresa. Pero su ecosistema interno no se parece en mucho al de Internet y este tipo de iniciativas se encuentran con muchos obstáculos, antes incluso de ser puestas en práctica, y que no provienen precisamente del mundo de la tecnología: miedo a la improductividad, ROI no claro, cultura organizacional poco participativa, nivel de confianza bajo entre los participantes y con respecto a la organización, ‘infoxicación’ (demasiada información poco relevante), o problemas en la integración de estas plataformas con los sistemas corporativos establecidos son algunas de las causas por las que este modelo no termina de cuajar.
Con este oscuro panorama, uno puede quedarse en situación de parálisis ante la dificultad de calcular un ROI de forma clara, justificándose con la idea de que el email sigue siendo suficiente para mantener la interrelación online y confiando en que los sistemas de ficheros documentales contienen todo el conocimiento explícito de la organización.
Pero el riesgo que se corre de seguir anclado al email y a los sistemas de ficheros es grande. En entornos de competencia donde la innovación es fuente de ventaja competitiva, resulta fundamental fomentar la interacción y conversación entre los miembros de una organización en relación con las actividades que realiza. Y el email, aunque funciona bien para el envío de mensajes directos a personas o listas de personas cerradas, no es la herramienta más eficiente en escenarios de discusión y conversación abiertos.
La web 2.0 ha popularizado el uso de blogs, microblogs, wikis y redes sociales, pero cada herramienta tiene su utilidad y en cada contexto o tipo de comunidad será recomendable otorgar mayor protagonismo a unas que a otras.
Por ejemplo, para las comunidades llamadas "grupos de interés”, cuyos miembros están interesados en mantener el contacto unos con otros para reforzar sus relaciones, recibir recomendaciones y incluso constituir una corriente de opinión, se perseguirá facilitar la conversación online y la interacción entre sus miembros, y ahí es crucial construir un espacio de confianza. Para estas comunidades funcionan bien herramientas que tengan funciones de redes sociales (definición de perfil personal-profesional), microblog, chat, “quién está conectado”, listado de actividades recientes y webconference. Algún ejemplo de aplicación en al ámbito interno de la empresa son los observatorios de tendencias, espacios para especialistas, espacios por área de especialización y desarrollo de negocio.
El éxito del despliegue de este tipo de tecnologías dependerá en gran medida del desarrollo de nuevas competencias entre sus usuarios, y para ello es fundamental aprender a utilizarlas correctamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario