Fuente: ABC
País: España
URL:http://www.abc.es
04.01.2010
Manuel Nieto Cumplido, Canónigo archivero de la Catedral
Aquí, en este pequeño habitáculo atestado de estanterías y legajos antiquísimos, recibía Al Hakam II cada viernes tras la oración a sus gobernadores provinciales. Hace exactamente diez siglos. Y aquí es donde Manuel Nieto Cumplido, archivero de la Catedral, se sumerge cada día, desde hace 37 años, en este enigmático universo de libros centenarios. Son las siete de la tarde de un oscuro día de invierno y un silencio sobrecogedor recorre el enjambre de columnas y capiteles de la Mezquita. Estamos ante el custodio de uno de los tesoros documentales más importantes del mundo occidental.
-¿Es usted la persona que más sabe de la Mezquita-Catedral del mundo?
-Eso me atribuyen, pero no estoy seguro. Realmente, nadie ha tenido el privilegio de trabajar en el edificio que uno va estudiando día a día.
Manuel Nieto Cumplido nació en Palma del Río en 1935. A los once años ingresó en el seminario, animado, quizás, por su admiración hacia un sacerdote «venerable» que le inculcó la pasión por la historia y que, de alguna manera, determinó su trayectoria vital. Hasta hoy. Su primer destino, primero como coadjutor y luego como párroco, fue en Peñarroya, y en 1966 recaló en Córdoba. La primera vez que pisó el Archivo de la Catedral fue en 1968 y lo hizo de la mano de un sacerdote, Rafael Martínez Pedrajas, que se dedicó al estudio del martirologio cordobés de la época romana. «Me encontraba estudiando la historia de Peñarroya y entré en ese mundo medieval que me fascinó».
-¿Qué le fascinó?
-Era un mundo de la historia desconocido y era como entrar en un campo sin arar. Encontré este campo abierto, prácticamente virgen, y me permitió trabajar con una comodidad absoluta.
Más de 3.300 volúmenes
A lo largo de todos estos años, Nieto Cumplido ha coronado un trabajo ingente de catalogación de los más de 3.300 volúmenes que alberga este archivo. Aquí existen libros desde el siglo XII, fundamentalmente, aunque también se encuentra un documento del siglo X y otro del siglo XI. No queda ni un solo ejemplar de la biblioteca de Al Hakam II, que fue calcinada poco después en la pira de los rigoristas. «Lo típico del fundamentalismo: la destrucción de la cultura para salvar la verdad, o sea su verdad».
En sus prolijas investigaciones, el archivero fue encontrando abundante documentación del siglo de la conquista cristiana de Córdoba. «Empecé a comprender el origen de la población cordobesa, castellano leonesa, por supuesto, y de la instauración de la Iglesia de Córdoba, a partir de 1236. Y del apoderamiento de los bienes que, como cuenta el arzobispo Rodrigo Jiménez Cerrada, eran los bienes de la colonia patricia. Como ve, pega un salto por encima de la historia musulmana».
Entre este mar de libros antiguos ha pasado Nieto Cumplido media vida, en numerosas ocasiones hasta la madrugada. Asegura que lo que más le estremece es el crujido del artesonado cuando atraviesa la Catedral. «Es como si esas maderas, después de tantos siglos, aún estuvieran vivas». Cada mes llegan historiadores de toda Europa para bucear en el Archivo. «Hoy trabajo más como consultor de historiadores. Hago más una obra pastoral: enseñar al que no sabe. Lo malo es que se creen que lo sé todo. Y yo no sé todo». Segundos antes de la sesión fotográfica, extrae el cleriman y se lo coloca cuidadosamente en el cuello.
-¿Quien tiene la información tiene el poder?
-Yo no lo digo expresamente así: digo que me pueden quitar todas las cosas, pero el saber no. Hoy quien tiene información tiene un gran poder. Ahora bien: hay que ejercerlo no como poder, sino como servicio.
-Desde ese punto de vista, ¿Manuel Nieto Cumplido es un señor poderoso?
-¡Uy no! Yo soy un humilde vecino de Córdoba, que además no me gusta salir en los medios. Porque en Córdoba es peligroso sacar la cabeza.
-¿Por qué? ¿Se la pueden cortar?
-Más de una vez. Ésta es una ciudad discreta y exige la discreción a sus vecinos.
-¿Usted la ha practicado?
-Sí, sí. Aquí es mejor reconocer que uno no sabe las cosas. El saber o el poder siempre suscitan envidias. Esto es muy humano.
-¿Qué nos queda por saber de la Mezquita?
-Hay que cambiar el modo de verla. Y el de entenderla. Se ha dicho que con este edificio se abre el arte árabe en España. Y eso no es cierto. En este edificio no hay casi nada de aportación de la cultura árabe, sino herencia del mundo grecorromano y visigodo, y a esto ha añadido la cultura bizantina. El esplendor del Califato es el esplendor traído de la cultura bizantina, que llegó por intercambios directos comerciales y por los eunucos arquitectos, que tenían origen eslavo y bizantino. Los árabes lo que hicieron fue pagar. Aquí tenemos un monumento que es más romano que musulmán. Y no es por desacreditar al arte árabe.
-¿Qué se aprende en un archivo?
-En primer lugar, se aprende a amar la propia historia.
-¿El ser humano ha cambiado a lo largo de los siglos?
-Sí. Aunque hay momentos en que demuestra ser tan salvaje como el primer día, como se vio en la Alemania nazi. El hombre es un ser que tiene que estar siempre en pleno control de sus sentimientos y de sus errores, de pararse ante el derecho de los demás.
-¿Qué permanece inmutable?
-Que el hombre es un ser débil puesto por Dios para gobernar el mundo, pero también para que cuidara de él.
-¿Y lo estamos haciendo?
-Por lo pronto, el primer ecologista fue Dios en el paraíso terrenal. El hombre ha ido teniendo capacidad de destrucción de la propia creación y el mundo que lo sustenta. Antes de que se destruya hay que salvarlo.
Humanismo cristiano
-¿El conocimiento nos hace mejores?
-Nos debiera hacer mejores. En este asunto tiene mucho el mundo de la cultura, y también, si se dirige correctamente, el mundo de la religión. A pesar de que estemos en un momento de laicismo, la religión impregna labores de respeto al nombre de Dios, a la propiedad ajena, de no mentir y ser verdaderos, la comprensión del prójimo. Esos valores que desarrolló el humanismo cristiano convirtiéndose en cultura propia de Europa.
-¿Qué es lo esencial?
-Para mí, tener fe en Dios.
-¿Y Córdoba circula por el buen camino?
-Muchos días me hago el propósito de no leer la prensa por la mañana, para no amargarme el día.
-¿Qué le amarga?
-Todo lo que se cuenta en los periódicos son calamidades. ¡Qué pocas alegrías salen! Y, claro, yo me quiero levantar en paz cada día.
1 comentario:
L'ancestral por al moro d'Al Andalús en boca d'un capellà il·lustrat i enfosquit alhora. Cal ser benevolents.
Al·là el perdonarà!
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