Fuente: El universal
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23.04.2010
La nueva librería virtual iBooks de Apple, al igual que las aplicaciones de las librerías electrónicas Amazon y Barnes & Noble para el iPad hacen posible el acceso gratuito a millones de libros clásicos de dominio público y por un precio más accesible que el de las ediciones impresas a un creciente número de libros de actualidad de todo género. La enorme oferta de libros digitales junto con un aparato capaz de almacenarlos y organizarlos hacen posible el desarrollo de verdaderas bibliotecas personalizadas.
Una biblioteca, por modesta que ésta sea, es siempre un buen instrumento para progresar ya que permite adquirir y compartir conocimientos y experiencias de todo tipo.
Entre quienes dedicaron sus vidas a construir grandes bibliotecas en México resaltan la de Alfonso Reyes, Jesús Reyes Heroles, José Luis Martínez y Juan García Ponce. Destaca también la de Jorge Luis Borges, quien además de su biblioteca personal llega a dirigir la Biblioteca Nacional en Buenos Aires.
La lista de las bibliotecas de destacados escritores e intelectuales a lo largo de la historia es interminable; sin embargo, en el contexto de esta nota resulta relevante el caso del magnate escocés-estadounidense Andrew Carnegie como ejemplo de la importancia que para algunas personas tienen esos espacios. Entre 1883 a 1929 Carnegie dona 90% de su enorme fortuna para construir fundaciones y más de 2 mil 500 bibliotecas públicas en Estados Unidos y otros países, principalmente de habla inglesa. El interés por las bibliotecas públicas se origina en su experiencia ya que gracias al acceso a una biblioteca privada en su adolescencia, Carnegie tuvo la oportunidad de adquirir los conocimientos necesarios para transformar radicalmente su vida y dejar de ser un pobre trabajador de una empresa de telégrafos en Pensilvania.
La construcción de bibliotecas públicas para albergar libros que contienen conocimientos de todo tipo ha sido una inquietud de muchas generaciones de líderes visionarios como los mencionados que reconocen la enorme contribución que estas instituciones brindan al desarrollo humano. Entre muchas otras razones que han llevado a promover la construcción de grandes bibliotecas por parte de algunos políticos es el reconocimiento y el prestigio que esos proyectos conllevan, sobre todo por el enorme poder de la palabra escrita. Desafortunadamente ese poder también ha llevado a los dictadores y fanáticos a lo largo de la historia a la prohibición y quema de libros y bibliotecas.
La fascinante historia de las bibliotecas está brillantemente narrada por Alberto Manguel, destacado escritor argentino que ha publicado varios libros sobre su evolución desde las famosas y míticas Babel y Alejandría hasta las nuevas bibliotecas virtuales como las creadas por Google y muchas otras.
La historia de Babel esta narrada en el Antiguo Testamento, donde se habla de un mundo donde habría “un solo idioma y un solo discurso” y todo el conocimiento sería albergado en una torre muy alta para “alcanzar el cielo” y facilitar la comunicación con Dios.
A diferencia de Babel, la biblioteca de Alejandría además de haber sido un centro de aprendizaje, tuvo una visión pluralista ya que su fin era albergar bajo un solo techo textos originales producidos en las más diversas lenguas y temas para conservarlos, protegerlos y finalmente transferir los conocimientos y experiencias de esos libros a nuevas generaciones. En su libro La Biblioteca de Noche, Manguel menciona una carta atribuida al rey egipcio Ptolomeo en la que insta “a todos los monarcas y gobernantes en el mundo” a que envíen a la Biblioteca en Alejandría “todo tipo de libros de todo tipo de autores” para coleccionar “todos los libros de todos los pueblos del mundo”, una idea imposible de concebir en nuestros días.
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