Joaquín León, durante el homenaje recibido por Anabad. :: JUAN MARÍN
Fuente: La Rioja
URL: http://www.larioja.com
País: España
27.12.09
Por: V. SOTO | LOGROÑO.
La Biblioteca de la Universidad de La Rioja está íntimamente unida a la trayectoria de Joaquín León. Desde 1995, cuando se hizo cargo de la dirección de la entidad, hasta ahora, que ocupa la subdirección, León ha sido el responsable de muchos de los proyectos que han situado a la Biblioteca como uno de los referentes del saber en la comunidad.
El proyecto Dialnet, portal de Internet difusor de la producción científica en español, es uno de los hitos que jalonan la carrera de León. Esta semana, Anabad La Rioja (Asociación Española de Bibliotecarios, Archiveros, Arqueólogos, Museólogos y Documentalistas) le ha condecorado por su trayectoria.
- ¿Se encuentra suficientemente valorada actualmente la profesión de archiveros, bibliotecarios y documentalistas?
-Creo que en su justa medida. Personalmente, yo me siento bien valorado por mis usuarios y creo que en general los usuarios valoran nuestros servicios. Pero, al igual que en otros campos, en el seno de la profesión también se está planteando una crisis de identidad, derivada en parte por nuevas realidades como Internet. Es un nuevo reto que introduce cambios en estas profesiones: varía el trabajo diario, también debe cambiarse la formación... Pese a todo, soy optimista porque hay dos visiones: ver las nuevas tecnologías como una amenaza o asumirlas y explotar sus posibilidades. Yo apuesto por la segunda. Si en el pasado era casi imprescindible acudir a una biblioteca para obtener información, hoy en día los ciudadanos tienen mucha información a su disposición desde su casa. Pero esa realidad lo que hace es abrir nuevas oportunidades en nuestras profesiones.
- Se habla mucho de la muerte del papel. ¿Puede ocurrir?
- Creo que el soporte papel no va a morir repentinamente. El caso más sintomático es el de los libros. Cada vez se editan más títulos, aunque la tirada sea menor, así que esa denominada 'muerte' no va a ser inminente.
- Usted fue uno de los propulsores del proyecto Dialnet, que se ha convertido en el referente del mundo de la investigación mundial en español. ¿Se esperaba un éxito como el actual?
- Nunca esperas algo así. Llegar hasta donde Dialnet se encuentra actualmente era una utopía. Pero el proyecto de base era muy ambicioso, tanto que incluso ideamos aspectos que aún no se han desarrollado. Sobre todo queríamos dar respuesta a unos problemas concretos que entonces teníamos en nuestra biblioteca: difundir los contenidos de las revistas que se recibían y que las revistas españolas se usaran más. Pero al planificar el proyecto lo hicimos con una visión de futuro, marcando muchos objetivos que se han ido cumpliendo.
- ¿Cómo comenzó?
-Empezamos en el año 2000 con una pequeña base de datos bastante casera, pero que funcionó muy bien. Además, nos dimos cuenta de que en todas las bibliotecas existía un problema similar al que habíamos percibido en la Universidad de la Rioja, y es entonces cuando planteamos un proyecto ambicioso. Algunas bibliotecas más creyeron en el proyecto y, a partir de ahí, empezamos a darle forma. Una de las principales claves del éxito es que durante estos años todo el personal de la biblioteca se ha implicado con entusiasmo en una idea que no ha parado de crecer.
- Crecer y crecer hasta convertirse en un claro referente.
- Actualmente, tenemos más de medio millón de usuarios y creo que sólo en este año se han incrementado en unos 150.000. Se trata de un síntoma claro de que hay que ir con los tiempos. Bibliotecas como la de la UR, con todo su equipo, son un ejemplo de la apuesta por la innovación.
- ¿El objetivo del portal sigue siendo el mismo que al comienzo?
- Aunque he dejado de coordinar el proyecto, entiendo que se van a mantener los objetivos básicos, como la idea de que la producción científica hispana sea visible y que a través de Dialnet se puedan consultar documentos a texto completo. El proyecto es una herramienta de gran importancia en algunas disciplinas, sobre todo en las Humanidades y las Ciencias Sociales. En otras ramas científico-técnicas no jugamos un papel tan importante, aunque se han hecho esfuerzos concretos en el campo de las matemáticas. Además, hay que seguir creciendo. En la actualidad hay más de treinta universidades de España e Iberoamérica que participan en el proyecto. Hay que seguir creyendo en esa cooperación entre las bibliotecas y fomentarla con más proyectos que faciliten el acceso a la información a los usuarios.
- ¿Le preocupa que las nuevas tecnologías puedan hacer olvidar la necesidad de preservar lo antiguo?
- Esa facilidad que ofrecen las nuevas tecnologías nunca debe hacer olvidar la necesidad de preservar adecuadamente los documentos antiguos. Pero eso no está reñido con crear de bibliotecas digitales.
- Una iniciativa como la de 'Google Books', de recopilar libros y digitalizarlos, ha generado mucha polémica. ¿Por qué?
- Supongo que se le ha mirado con reticencia porque es una iniciativa privada. Ahora lo hace gratis y hay muchas instituciones, como la Complutense, que colaboran en el proyecto. Pero hay gente que piensa qué ocurrirá mañana, si habrá que pagar por los contenidos. Hay también otras muchas iniciativas públicas que están haciendo digitalizaciones de libros y hay ambiciosos proyectos como Europeana que tratan de dar unidad a algunas de estas iniciativas. Por el momento, Google está siendo el más ágil. Lo que no se cuestiona es la necesidad de una gran biblioteca virtual.
- ¿Cuál es el papel que deben afrontar los archivos?
- No es mi especialidad, pero está claro que tienen también grandes retos y grandes oportunidades. A veces se tiene la imagen de que los archivos son servicios que sólo miran al pasado, pero precisamente una importante labor de los archivos es velar por el futuro de las organizaciones en las que se encuentran, y en ese sentido es fundamental que se cuente con los archiveros en temas como la administración electrónica.
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