La polémica levantada por las demandas de diversos autores y editoriales contra Google Books atizó el debate sobre cómo debe funcionar en Internet la propiedad intelectual.
El proyecto de Google pretende digitalizar millones de libros porque “hay mucha información relevante que uno busca y que no está en Internet sino en libros. Este sitio web los escaneó para que los usuarios puedan encontrarla”, dijo a EF el director de comunicaciones y asuntos públicos de Google para América Latina, Alberto Arébalos.
Además, el gigante de Internet considera que si los lectores son capaces de buscar y encontrar los libros, son más propensos a comprarlos y leerlos.
“Las ventas de muchas editoriales se han visto beneficiadas gracias a este proyecto”, sostuvo en una entrevista realizada telefónicamente.
Sin embargo, el filantrópico proyecto disgustó a autores y editoriales de Francia, Alemania, China y Estados Unidos (EE. UU.). Ellos alegan que se digitalizaron miles de sus libros, sin consultarles, ni compensarlos económicamente.
No obstante, Google sostiene que comparten las ganancias con los editores y que no se ha incumplido con la legislación de derechos de autor: si el libro posee copyright , no se muestra en su totalidad, sino una parte, que puede ir desde la ficha bibliográfica hasta “dos o tres extractos breves” de su contenido; y quienes no deseen participar pueden retirar sus libros del proyecto.
En opinión de la abogada de BLP Abogados, Giselle Reuben, si bien se infringe un derecho de autor cuando se reproduce una obra sin autorización, dependerá de cada legislación y del criterio del juez que resuelva el caso.
Por su parte, para el abogado Federico Torrealb,a de la firma Facio y Cañas, el argumento de Google se centra “en un aspecto meramente cuantitativo, sin considerar que un fragmento pequeño de una obra ajena puede concentrar un contenido cualitativamente muy representativo de la obra”.
Arébalos negó que Google hubiera escaneado libros sin permiso. No obstante, un documento elaborado por su empresa justifica esa práctica porque “existen tantos libros sin un propietario claro de los derechos de autor que esperar hasta localizarlos y a que nos concedan el permiso podría implicar que gran parte del material no viese nunca la luz”.
Para Torrealba, las dificultades para ubicar a los propietarios del copyright no deberían justificar la violación de la propiedad intelectual ajena.
20.000
editoriales (o más) a nivel mundial trabajan con Google en su proyecto de digitalización de libros.
7.000.000
millones de libros (o más) ha digitalizado Google como parte de su proyecto Google Books.
Reuben añade que si fuera imposible contactarlos, se debe pedir permiso de una organización de gestión colectiva.
Con el fin de resolver la disputa con las editoriales estadounidenses –y con los autores que tengan derechos de autor registrados en EE. UU. –, Google elaboró una propuesta de acuerdo. Según se lee en Googlebooksettlement.com, esta “abarca a libros únicamente si ellos fueron publicados el 5 de enero de 2009 o antes de esta fecha”.
EF le consultó a Arébalos cómo funciona esta alternativa para los textos publicados posterior a esa fecha y que fueron digitalizados, pero no se refirió al tema porque “el acuerdo se esta discutiendo y aún no ha sido aprobado por un juez”.
Reuben detalló que el acuerdo no tiene que incluir a todos los derechohabientes a los cuales se les haya infringido ese derecho, porque estos pueden presentar sus propias demandas ante los tribunales.
En cuanto a un reciente fallo de un tribunal francés que prohibió al gigante reproducir digitalmente obras literarias francesas sin la autorización de sus editores, Arébalos indicó que este no detendría el proyecto y que seguirán trabajando para encontrar un acuerdo con ellos.
¿Qué dicen los editores?
Las posiciones están divididas. “Si mi negocios es vender libros, necesito que los consumidores los conozcan. Google es una vitrina que los hace visible a más de 150 millones de personas al día. Si alguien se interesa en el libro, lo debe comprar pues los fragmentos que muestra no serían suficientes”, afirmó el jefe de documentación y publicaciones del IICA, Federico Sancho.
El Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) es uno de los socios del proyecto de Google.
El director de Uruk Editores, Óscar Castillo, y la presidenta de la Cámara Costarricense del Libro, Dunia Solano, coincidieron en que cuando Google digitalizó los libros sin solicitar autorización de los propietarios se violaron los derechos de autor.
Los tres afirmaron que este derecho y el de acceso a la información no tienen por qué ser excluyentes el uno del otro.
Similar opinión tiene Ruben: “Ambos son sumamente importantes. Pero, se debe incentivar el acceso a la información sin desproteger los derechos de autor”.
Sin embargo, admitió que las infinitas posibilidades que brinda Internet podrían ameritar hacer modificaciones en la regulación de los derechos de autor de las obras que reproducidas en línea.
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