Fuente: El Clarín
URL:http://www.clarin.com
05.02.2010
La imagen muestra a un fotorreportero, parado en el estacionamiento de una universidad de Texas, disparando sobre una pila de cajas de cartón. El epígrafe que la acompaña avisa que las cajas contienen el archivo fotográfico de la agencia Magnum y recién ahí se entiende que en ese parking suburbano el tipo también retrataba la historia: el desembarco de Normandía, la batalla por los derechos civiles en Estados Unidos y la Revolución Cubana; la sonrisa de Marilyn Monroe y el puño de Muhammad Ali, todo llegaban dentro de ese montón de cajas.
A principios de esta semana, la archiconocida agencia de fotografía Magnum cerró el trato con el magnate de la tecnología Michael Dell: la venta de su archivo de papel -más de 180 mil imágenes tomadas durante más de medio siglo por varios de los mejores fotorreporteros del mundo- en 100 millones dólares, según fuentes de la agencia Bloomberg. La colección de fotos más importante del mundo (con firmas como Robert Capa, Rene Burri o Henri Cartier Bresson) fue trasladada desde la sede de Magnum en Nueva York al Ransom Center de la Universidad de Texas, donde se exhibirán y podrán ser consultadas durante al menos cinco años.
Un punto clave del acuerdo es que Magnum se desprende de las copias originales, no de los derechos de reproducción. Con la aparición de la fotografía digital a mediados de la década del 90, los archivos de papel perdieron paulatinamente su valor documental o periodístico. A partir de ahora, las 180 mil imágenes que compró Dell estarán sólo en soporte digital dentro de los archivos de Magnum. Pero paradójicamente, la irrupción digital que convirtió los archivos-papel en algo obsoleto, contribuyó notablemente a que se dispararan los precios. La diferencia es que ya no los buscan otros medios o agencias de prensa sino museos o coleccionistas de arte.
Magnum, la cooperativa que fundaron en 1947 Robert Capa, Henri Cartier-Bresson, William Vandivert, George Rodger y David Seymour, hoy cuenta con 51 miembros. Nació con una sede en París y otra en Nueva York, pero se extendió con varias bases estratégicas alrededor del mundo. Sus fotógrafos han retratado buena parte de los conflictos, personajes y hechos destacados del siglo XX y aún es la gran referncia del fotoperiodismo mundial. Sin embargo, el nuevo marco tecnológico ha golpeado sus finanzas y la venta de su archivo es parte de una estrategia de relanzamiento: la idea es invertir el dinero para instalarse como un medio potente en Internet, que no se limite a vender fotografías sino también a contar sus propias historias. En ese sentido, la foto de ese estacionamiento texano bien podría cerrar esa colección que viajaba en cajas. O abrir su próxima historia.
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