Fuente: Correo
URL:http://www.correoperu.com.pe
País: Perú
07.03.2010
César Quispe Ramírez estudió lengua y literatura en la Universidad Nacional del Santa (UNS). Es fundador de las revistas de literatura Tinta Libre, Eleusis y Gleba. En 2003 obtuvo el primer lugar en los Juegos Florales de Poesía Juan Ojeda Ojeda, organizado por el Instituto Nacional de Cultura de Chimbote y la Universidad César Vallejo (UCV). Integró el taller de artes plásticas contemporáneas Palamenco de la UNS. Colaboró en los diarios Correo y La Industria de Chimbote. En 2007, publica su primer libro de poesía: El vuelo de la mosca. Y el año pasado fue galardonado con el Primer Premio en Poesía, en el V Concurso Internacional Bonaventuriano de
Poesía y Cuento Breve, organizado por la Universidad de San Buenaventura, en Colombia, un mérito más que destacable, pues César Quispe formó parte nada menos que de dos mil 462 participantes provenientes de 23 países del mundo entero. Este orgullo chimbotano conversó ayer con Correo y sus palabras sí que son para reflexionar.
�Cuándo te diste cuenta de que te gustaba la literatura?
Cuando iba a terminar la secundaria. Justo en quinto año de secundaria. La profesora de Comunicación me dejó un trabajo para declamar el poema Veinte de Neruda. Pero no lo pude aprender bien. Por eso me gané un jalón de oreja.
�Y qué pasó luego?
Desde ese momento, indagué qué significaba la poesía y por qué no pude aprenderlo con facilidad. Y después de terminar la secundaria, justo en la academia donde me preparaba, hallé la respuesta. Era la falta de lectura que no había tenido desde niño. El hábito de no leer, esa era mi deficiencia. Es que en casa nunca hubo estímulo para leer. Nunca vi a mis padres hacerlo. Y luego de ese descubrimiento, me aboqué a leer, leía todo que hallaba. Mi primer refugio para la lectura, ya que en casa no habían libros, fue la Biblioteca Municipal.
�Crees que esa penosa realidad está cambiando ahora?
No, creo que ahora se ha incrementado, por el desarrollo de la tecnología digital y los medios de comunicación masiva. Darle un libro a un niño es como un castigo. Pero si le das videojuegos, se vuelve el número uno.
Existe pereza mental para leer, desde los mismos docentes. Si preguntas cuántos de ellos han leído libros, por el gusto de leer, te encuentras con una cruda y alarmante realidad.
Cuando leía en la biblioteca, digo leía porque ahora lo hago en casa, llegaban ahí alumnos o personas adultas, solo para buscar información. Nunca lo hacían para sentarse dos horas a leer un libro.
�Cómo hacer para despertar el hábito de la lectura, sobre todo en los niños?
En primer lugar, el profesor debe tener un registro de lectura de todos los niveles. Y solo después de eso, con la sensibilidad adquirida, podrá promover el amor por la lectura en los niños.
�Pero no es un poco difícil que ya en la adultez los docentes se interesen por la lectura?
Claro, eso es el punto neurálgico de la Educación. Sin lectura, un maestro no es nada. Solo será manipulado por editoriales que le impodrán títulos para que el alumno lea, pues está obligado a hacerlo. Tal vez pueda costarles. Pero si uno nunca ha salido a pescar, cómo podría enseñara a otro.
En ese sentido �Qué papel jugamos los padres?
El de dar el ejemplo. Cómo puede un niño ser motivado a querer los libros, cuando no ve a a los padres leyendo en casa. No existe otra fórmula. Y vuelvo a mi primera respuesta, yo aprendí por ese jalón de oreja. Y fue porque yo quise hallar una respuesta y la encontré, pero no siempre todos harán lo mismo que yo. Solo es el ejemplo.
Yo motivo a mi hijo con eso, con los libros. Le leo cuentos y le doy a él para que pueda palparlos, y cuando me ve leyendo, también él coge su libro y empieza a ojearlo.
Creo que todo parte de casa. La familia es pieza fundamental en la enseñanza del niño.
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